sábado, 9 de febrero de 2008

LA PRIMERA MUJER PERIODISTA ESPAÑOLA

Era su primer día de trabajo. Llegó a la redacción entre nerviosa y despistada. Su juventud sobresalía sobre un personal en mayoría masculino y adiestrado por los años de ejercicio profesional. Se sentó a mi lado como buscando un rincón de experiencia con el fin de arrancar en una profesión para la que se había preparado durante cinco años intensos en las aulas universitarias.

Su retraimiento se eclipsó después de darle la bienvenida al mundo de la información. El día traía los calores propios del mes de julio. Ella no había tenido tiempo de saborear su licenciatura universitaria recién estrenada. Saltó directamente de las aulas a la redacción del periódico y de repente me trajo el recuerdo de Beatriz Cienfuegos, a la que se le considera como la primera mujer periodista española. Evocó en mí recuerdos de distintas mujeres que lucharon en este mundo, algunas de ellas teniendo que modificar su aspecto o escribir con otros nombres para luchar por esa gran pasión que corría por sus venas, ese periodismo que tanto nos da y que, a veces, tanto nos quita.

Beatriz Cienfuegos publicó entre 1763 y 1764 “La pensadora gaditana”, un periódico semanal cuyo eje central era la crítica sobre las costumbres masculinas y femeninas y demás temas de interés de la época.

Tan solo divulgó 52 Pensamientos con los que narraba el costumbrismo social iniciado por el periódico inglés The Spectador del que eran frecuentes las traducciones difundidas por toda Europa.

Era un periodismo más literario que noticioso cuyas vías de distribución florecían efímeras por lo que la inmediatez no contaba como factor de importancia y estaba hecho para complacer a la burguesía ilustrada de la época que se conformaba con leer sus propios ideales culturales y políticos. Se vivía un período en el que la mayoría de los ciudadanos eran analfabetos y sólo tenían acceso a almanaques y vaticinios.

No sé porqué pero traía a mi memoria la silueta de esa primera mujer periodista, aunque ella no estaba llamada a ejercer ese tipo de periodismo. Su tenacidad y empeño por hacerse un hueco en esta profesión con una gran presencia masculina tenía la carga heredada de la gallega Concepción Arenal (1820 - 1893). Luchadora empedernida y tenaz defensora de la igualdad entre hombres y mujeres, entra, contra la voluntad de su madre, como oyente en la Facultad de Derecho, vistiendo ropas masculinas, puesto que en la época la educación universitaria estaba vedada a las mujeres. Vestida también de hombre, Concepción participa en tertulias políticas y literarias, luchando así contra lo establecido en la época para la condición femenina.

Acabada la carrera de Derecho, se casó, con el también abogado y escritor,
Fernando García Carrasco. Años después colaborarían juntos en el periódico liberal Iberia. Con Concepción Arenal nace el feminismo en España, pues desde joven luchó por romper los cánones establecidos para la mujer, rebelándose contra la tradicional marginación del sexo femenino, y reivindicando la igualdad en todas las esferas sociales para la mujer.

Y con mi nueva compañera, aunque todavía no lo supiésemos, nacería también una nueva época que rompería con muchas tradiciones y marginaciones socialmente aceptadas, haciendo que todos tomásemos conciencia del cambio social en el que estábamos participando.

Como periodista Concepción Arenal dedicó su pluma a la reivindicación de las situaciones marginadas; escribió para que la leyeran, para que la entendieran, para que sus lectores participaran en sus ideales. Uno de los aspectos más progresistas de Concepción Arenal es su consideración de la mujer como ser humano marginado a quien hay que ayudar, estimular y respetar, no en rendiciones galantes, ni en modales encantadores y protectores, sino educándola en la dignidad de su propia condición.

Mi joven compañera también nos “educó” en sus ideales, nos supo transmitir lo importantes que eran sus valores, lo que podría cambiar el mundo si damos cabida a las mujeres, esos seres que saben hacer más cosas de las que la sociedad nos quería transmitir.

Concepción Arenal falleció a la edad de setenta y tres años, dejando para las nuevas generaciones sus reflexiones y su trabajo por la libertad y la igualdad.

Claro que, según la forma de ejercer el periodismo, se dice que la primera mujer periodista española es la coruñesa Emilia Pardo Bazán (A Coruña 1851 - Madrid 1921). Además de ser una de las máximas representantes del Naturalismo español, dedicó su vida a defender la condición de la mujer frente al machismo imperante en la sociedad de su tiempo.

Sí observamos la prensa desde el prisma de una información directa y agresiva, la primera mujer que ejerció el periodismo en España fue Anna Muriá, nacida en Barcelona en 1904, puesto que durante la Guerra Civil dirigió el Diari de Catalunya. A la caída de la Segunda República en 1939, salió hacia Francia. Después de su estancia en Francia se exilió a México y regresó a España en 1970 en donde permaneció hasta su muerte en el año 2002.

Regresando a la redacción observo una vez más a mi nueva compañera de trabajo y adivino su pensamiento en consonancia con el de Beatriz Cienfuegos. Descubro su instinto de lucha por la igualdad enarbolado por Concepción Arenal. Intuyo su carácter firme como defensora de la condición de la mujer frente al machismo como Emilia Pardo Bazán y su propósito de realizar una información directa y agresiva en claro ejemplo a la de Anna Muriá.

Será una gran periodista, pensé, porque no había nacido para ser simplemente una gran ama de su casa, capaz de guisar los mejores platos, capaz de criar a los hijos con entrega y en la religión cristiana, capaz de lavar más blanco que la vecina. No. Ella era una mujer de su tiempo, capaz de hacer todo eso y más, capaz de formarse en una profesión machista, cerrada a la incorporación de la mujer a sus filas durante muchos años. Una profesión, aunque nos duela, en la que nos ha costado mucho reconocer que las mujeres nos han aportado una bocanada de aire fresco. No hay nada mejor que observar cómo ha cambiado la información deportiva desde que hace unos años las mujeres trabajan frente a las cámaras, los micrófonos y los periódicos deportivos. Las redacciones son distintas. Las mujeres han aportado algo más a toda la sociedad, y como no, también al periodismo.

Mi compañera no lo sabía, pero iba a hacer historia, ya no solo en su profesión con sus artículos chispeantes, incisivos, y llenos de información con la agilidad verbal de su pluma privilegiada y de sus fuentes bien informadas, sino también porque moriría haciendo historia como todas esas mujeres ya mencionadas, porque seguiría el camino iniciado por ellas y abriría una gran puerta a todas esas grandes mujeres periodistas que vinieron detrás. Nosotros sí que fuimos unos grandes privilegiados al ver en directo y participar de una parte de la historia de nuestra profesión, y sin querer, del mundo globalizado que hoy disfrutamos.

1 comentario:

marqués do Penhasquedo dijo...

Siempre tuve la curiosidad de saber quien pudo ser la primera mujer periodista española. Con tu artículo he salido de dudas. Está muy bien elaborado. Su informacion define bien los diferentes perfiles de las mujeres periodistas de todas las ´épocas. Gracias y felicidades.

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